4 de abril de 2016
Hoy no se habla de otra cosa: los papeles de Panamá. Durante 12 meses, 370 periodistas de 76 países han analizado 11 millones y medio de documentos del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, considerado uno de los cinco mayores registradores mundiales de sociedades 'offshore', especializadas en la evasión de impuestos.
El bufete por supuesto niega cualquier vinculación con los presuntos delitos que han cometido cientos de sus clientes. Pero los periodistas no dicen lo mismo. Ahora Hacienda investigará si se ha producido algún delito económico por parte de las personas que han salido a la luz, tras esta noticia, ya que tener constituidas sociedades en Panamá no es en si mismo un delito. Pero si se hace para evadir impuestos, entonces la cosa toma otro cariz.
Tal y como se presentan los hechos, para mí es igual o más preocupante la actividad del despacho de abogados, que habría incumplido presuntamente dos puntos de máxima gravedad:
1. si ha ayudado a blanquear capital, se ha convertido en cooperador necesario.
2. si ha filtrado los documentos de sus clientes, además ha incumplido su deber de confidencialidad.
¿Quién es más responsable para vosotros?
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