El juicio por el caso Nóos se está convirtiendo en un partida de ajedrez como aquellas de Kárpov y Kaspárov. Aquellas que nos mantenían en vilo con cada movimiento. Algo parecido me está pasando con el testimonio del señor Miguel Tejeiro.
Primer movimiento:
Los letrados de los señores Urdangarín y Torres basan parte de su defensa en echar la culpa de todo el follón económico de Nóos, a la gestión del señor Tejeiro. Así lo describen en sus declaraciones los dos acusados de forma clara.
Segundo movimiento:
La letrada de Manos limpias retira los cargos contra el señor Tejeiro y éste sale absuelto
Tercer movimiento:
Los letrados de los señores Urdangarín y Torres siguen con su estrategia de lanzar la mayor parte del peso en el señor Tejeiro, sobre el que ya no recae ningún tipo de acusación y que ya no puede ser imputado de nuevo en este proceso.
Cuarto movimiento:
La letrada de Manos Limpias cita como testigo clave al señor Tejeiro, que ahora tiene como obligación decir toda la verdad. Empieza a destaparse la caja de los truenos con datos que comienzan a desmontar la estrategia procesal del los contrincantes.
Quinto movimiento:
El letrado del señor Torres, viendo el giro negativo para su defendido, tiene que reaccionar de algún modo rápido y efectivo. ¿Su baza? : alegar que como Tejeiro es abogado y asesor fiscal, no puede violar el secreto profesional, y por tanto no puede revelar datos relativos a su trabajo con sus entonces clientes los señores Torres y Urdangarín.
Sexto movimiento:
La letrada de Manos Limpias no puede continuar con el interrogatorio porque el tribunal, ante las dudas surgidas, lo traslada al martes 15.
Muchos opinan que el juicio se le ha ido al magistrado presidente de las manos. Para mí, el letrado del señor Torres ha conseguido dar “jaque a la reina”.
Habrá que esperar al martes para ver si la declaración sigue completa o con las mermas derivadas del respeto al secreto profesional. Lo dicho: un proceso para no perdérselo
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