16 de agosto de 2013
Motril es una ciudad de costa ubicada entre Málaga y Almería, a media hora en coche de Granada: es la ciudad donde yo nací.
Tiene un agradable clima subtropical y por eso casi no hace falta ropa de invierno: recuerdo que me compraron mi primer abrigo a los 16 años, cuando me fui a estudiar el preuniversitario a Zaragoza. Es curioso que con ese clima tan caribeño estés a tan sólo media hora de Sierra Nevada, de hecho puedes estar bañándote en la playa y contemplar los picos nevados a lo lejos.
La gente de Motril es muy peculiar, pues no se parecen a los granadinos de la capital, ni se habla igual, y son una mezcla de malagueños y almerienses.
A pesar de que sus orígenes no están claros, parece que fue un enclave fenicio que existía ya en la época romana.
En el siglo XIX la ciudad fue protagonista de un acontecimiento singular, se proclamó Cantón Independiente desde el 22 al 25 de julio de 1873. Los motrileños se reunieron en la plaza y obligaron al ayuntamiento a dimitir y apoyar el movimiento cantonal de Granada. Por eso el motrileño es especial.
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